Recuerdos de viaje - Estambul y su forma especial de desayunar
Desayunar en Estambul es cosa seria, es como un gran brunch con todas las opciones pero nada clásicas. En los hoteles de turismo es posible desayunar con una gran mesa. Variadas opciones de fiambres, es muy especial el yogur espeso como el griego pero un poco más ácido. Para combinar con frutas frescas, secas, pasas tiernizadas de ciruelas, de damascos, de duraznos y confituras naturales. Una profusión de gajos cítricos frescos de todos los colores y sabores. Es bastante curioso a la hora del desayuno tener más de 10 tipos de aceitunas de todos los tamaños, sobre todo las pardas y rojizas, de una especial textura que no solo habla de un buen cultivo sino tambien de un buen curado. Los quesos de cabra de diferentes variedades en especial el feta. Tambien es curioso ver en la misma mesa de desayuno tomates y pepinos frescos para combinar con los fiambres y encurtidos. Excelente aceite de oliva de primera presión para acompañar todo. Junto con colegas turcos tuve la oportunidad de conocer el desayuno popular de las calles. Un buen café con leche, ya que el café a la turca está reservado para presupuestos más elevados. Esta taza de infusión la acompañan con una Queso crema de buffala, especie de quesillo arrollado que llaman Kaymak, el yogur denso o drenado llamado Suzmeyocurde, un pan tipo brioche delicioso y nunca falta en la calle a cualquier hora y tambien al desayuno, el famoso Swarma gran pincho de carne de cordero superpuesta en entrelazada con tocino o con grasa, tomates y cebollas para que resulte bien jugoso, los mismo que se llama Gyro en Atenas y llamado de mil formas más en gran parte del mundo, donde es la comida estrella de muchas ciudades a cualquier hora. La carne cortada finita y dejada caer en una pita caliente con el yogur epeso. En la foto podrán ver no solo un chuchillo filoso sino una máquina que ayuda a cortarlo y a mantenerlo con buena forma. Los desayunos de Estambul los tengo bien presente en mis recuerdos de aquel viaje. Junto a los aromas de las especias, de las frutas y de las flores, que se que se mezclan con hermosas imágenes de la ciudad moderna y de la antigua Constantinopla y sus mezquitas, en especial Santa Sofía testigo del nacimiento del Catolicismo. Separadas las dos ciudades la europea y la asiática, por el estrecho del Bósforo, que navegué un día de sol inolvidable, hasta el Mar de Mármara y el Cuerno de Oro, lleno de historia y leyendas estravagantes. Otilia Kusmin |